Digital is dead. What’s next?

mariposa ocaso

Todo es digital. Luego nada es digital. Lo digital ya no sorprende, no distingue, no separa a las empresas que protagonizarán los próximos años de las que bordearán la irrelevancia. A fuerza de utilizar el término digital, lo hemos domesticado; ha perdido su filo, se ha vuelto romo. Sí, queda mucho camino por hacer, todavía son mayoría las empresas que no han digitalizado sus propuestas de valor, que no tienen una completa intimidad digital con sus clientes, las que no extraen el conocimiento que encierran las montañas de datos sobre las que se asientan. Las promesas de lo digital todavía no han proporcionado sus esperados rendimientos, pero, afrontémoslo, lo digital ya no es la guía.

Cuando intentamos anticipar cómo serán las empresas que lideren los mercados en los próximos años, la señal, la inspiración, el aroma del futuro ya no se encierra en la palabra digital. Lo digital es lo cotidiano, el día a día, el nuevo territorio de juego en el que luchamos, pero no es el faro, la guía, la referencia. Las tecnologías que nos trajeron lo digital, encerradas en el acrónimo SMAC (Social, Mobile, Analytics, Cloud) son ya terriblemente aburridas. Las dimensiones de la digitalización que vertebraban mi libro «Digitalízate» son territorio completamente explorado, tenemos los mapas, conocemos las reglas de interacción. Ahora bien, que conozcamos el territorio no significa que nos movamos por él con soltura, tenemos que seguir luchando todos los días para seguir avanzando, pero el paisaje ya no nos sorprende.

Guárdese el lector de pensar que esta tesis le va a hacer la vida más fácil: todo lo contrario. Vamos a tener un doble esfuerzo, titánico: seguir digitalizando nuestras compañías, explotando tecnologías que hoy ya no son tan emergentes, y comenzar a explorar ese nuevo futuro que todavía hoy no acertamos a vislumbrar. ¿cuáles serán las claves de ese nuevo escenario? ¿qué tecnologías serán las que marcarán los próximos años, las que separarán a los líderes de los seguidores? ¿cómo estarán configuradas las organizaciones del futuro? ¿qué competencias necesitarán los post-millennials para liderar las empresas en 2030?

En mi libro «La Sociedad Hiperdigital» empecé a arañar la superficie del fenómeno, identificando 10 hiperfuerzas que impulsan la disrupción que se nos avecina. Puedes revisar las hiperfuerzas aquí.  Sin embargo, quedó fuera del libro el análisis de cómo deben transformarse las empresas para liderar en el mundo hiperdigital. En los últimos meses estamos reflexionando sobre cual es la naturaleza de la metamorfosis que las empresas deben «sufrir» para liderar. Las incipientes conclusiones a las que llegamos es que necesitamos una nueva versión de las empresas, nuevas especies, nuevos animales empresariales.

No basta con la transformación digital, es necesario mutar, adaptarse, evolucionar, metamorfosearse. Las empresas, como muy bien describe el gran Alfons Cornella, tienen que evolucionar sus sistemas operativos, la manera como se organizan y como crean valor. Deben cambiar sus estructuras, su relación con el talento,  aumentar su capacidad de respuesta, evolucionar sus plataformas de creación de valor, actualizar sus liderazgos. Necesitas una nueva y mejor versión de ti.

La respuesta ya no es lo digital.

Pero, ¿cuál es la pregunta?

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