
Digital ya no es suficiente. La disrupción y la oportunidad son más importantes, más profundas; más acuciantes. Y no siempre, no todos, tenemos la visión suficiente para darnos cuenta.
Un máximo directivo de una empresa con la que estamos colaborando pronunció, en el contexto de una reflexión estratégica, la siguiente frase: «Mi negocio no ha cambiado en los últimos 40 años, y no va a cambiar en los próximos 10, no importa la inteligencia artificial que le pongas».
No es verdad, simplemente; mi interlocutor se equivocaba. No hay sectores inmunes a la disrupción hiperdigital. La disrupción, también la oportunidad, insisto, son extraordinarias. Cuando hablamos de disrupción imaginamos una distopía: lo que vendrá me atacará, reducirá mi capacidad competitiva, se me llevará por delante. Sin embargo, la disrupción también abre oportunidades extraordinarias para aquellas compañías que sean conscientes, valientes, abiertas y comprometidas.
La manera en la que creamos e intercambiamos valor, las experiencias de los clientes, el papel de las personas y la tecnología en la fórmula competitiva, van a darse la vuelta como un calcetín en los próximos 10 años. Las empresas que protagonizarán el futuro tendrán una fisonomía muy diferente a la de las que lideraron el siglo pasado. Las que quieran tener un papel relevante en sus mercados tendrán que acometer una metamorfosis profunda para convertirse en una nueva y mejor versión de sí mismas, lo que en SEIDOR llamamos empresas nxt.
Esta metamorfosis va más allá de la consabida transformación digital, por eso nos gusta llamarla evolución. Se trata de convertirse en un nuevo animal competitivo para un nuevo ecosistema de negocio, para unas condiciones de competencia que van a condenar a la irrelevancia a los que no sean capaces de evolucionar. La empresa nxt es un animal capaz de detectar los inminentes cambios en el entorno y en las necesidades de los clientes y reaccionar a esas oportunidades y amenazas ágilmente para generar mejores experiencias de cliente. La compañía, para ser capaz de ello, debe generar las competencias y procesos para incrementar su capacidad de respuesta y su capacidad de innovación.

Las palancas en las que la empresa nxt puede apoyarse para conseguir incrementar esa doble capacidad son las personas y la tecnología. La primera son las personas, los equipos, la manera en la que colaboran, los modelos de organización, la aportación que realizan a la empresa. La empresa nxt va a tener una estructura muy diferente a las que aprendimos en las escuelas de negocio. Necesitamos organizaciones más líquidas, más transversales, más sutiles, más sencillas y más complejas al tiempo, menos explícitas, menos explicables. Tenemos que diseñar nuevos vehículos organizativos para dar cabida a la multiplicidad de maneras en que las personas pueden colaborar. Necesitamos estructuras autónomas, autoorganizables, orientadas a misiones, en red. Necesitamos empoderar a empleados para distribuir más la toma colaborativa de decisiones, necesitamos incorporar el talento proveniente de colaboradores externos, de socios, de freelances. En suma, necesitamos evolucionar la organización para que responda mejor a los requerimientos de una empresa ágil en un mundo exponencial.
La segunda palanca es la tecnología. Las tecnologías digitales que enmarcábamos dentro del acrónimo SMAC (social, mobile, analytics y cloud), sin haber penetrado completamente en la empresa (todavía hay muchas empresas en una etapa pre-digital), apenas si aportan ventajas competitivas, pues son universalmente accesibles. Si bien las empresas deben seguir explorando estas tecnologías digitales e invertir consistentemente en su despliegue, son otros los ámbitos tecnológicos de los que va a provenir la próxima disrupción. Son lo que llamamos las 5 hipertecnologías CRIBA: Computación cuántica, Realidad extendida, Internet of everything, Blockchain y Artificial Intelligence. Las empresas nxt tienen que establecer mecanismos, como tech labs u observatorios tecnológicos para detectar las tecnologías que pueden generar disrupción. Es esencial que incorporen, internamente o mediante la asociación con actores tecnológicos, músculo tecnológico del que derivar innovación de negocio. En muchos sectores, con el auge de los negocios de plataforma, la tecnología no va a ser sólo el vehículo, sino la materia prima esencial del modelo de negocio. Los mercados están virtualizándose rápidamente, pasando del tránsito de átomos a los flujos de bits, y las empresas nxt necesitan evaluar el impacto que este fenómeno tiene en ellas.
Las personas y la tecnología, como hemos comentado, son activos fundamentales, palancas para un propósito, la generación y entrega de valor a los clientes. Las empresas nxt tienen que desarrollar dos capacidades organizativas fundamentales: la de sentir y la de reaccionar rápidamente. Las empresas nxt necesitan ir más allá del conocimiento del cliente, desplegando sensores finos para sentir al cliente, para detectar los mínimos cambios en sus necesidades y reaccionar rápidamente con nuevas propuestas de valor. Las empresas nxt son capaces de transformar necesidades en valor a través de nuevas plataformas de interacción con el cliente, en las que la tecnología juega un papel fundamental. Para conseguir esto, las organizaciones tienen que convertirse en máquinas de innovación, explotando al máximo el talento de los colaboradores y las oportunidades que brinda la tecnología.
Finalmente, la empresa nxt es una organización excelente en la creación de experiencias de cliente únicas y personalizadas. Todo acaba en la experiencia. La empresa nxt transciende al producto, e incluso al servicio, para centrarse en la creación de experiencias de cliente únicas, memorables, inimitables, que excedan expectativas. Las tecnologías proporciona herramientas para personalizar la experiencia a un coste asumible, a través de todos los canales de interacción. También posibilita que los empleados, el talento, conecte con el cliente en formas nuevas. El marketing nxt borra las barreras entre lo online y lo offline, a partir del análisis continuo de la ingente cantidad de información sobre los clientes a la que tenemos acceso.
En definitiva, las empresas necesitan evolucionar para convertirse en unas entidades capaces de responder rápidamente a los cambios en entorno con innovación radical. Estas dos competencias básicas, que sólo pueden desarrollarse con la aportación de las personas potenciadas por la tecnología, explicarán el éxito de las empresas en el mundo hiperdigital